PROBLEMAS VISUALES
Desprendimiento de Retina
¿En qué consiste?
La retina es una capa de tejido en la parte posterior del ojo que percibe la luz y envía las imágenes al cerebro suministrando la visión nítida y central necesaria para leer, conducir y ver los detalles más pequeños.
Se llama desprendimiento de retina a la separación de la retina de su posición normal debido a un desgarro. Puede sucederles a personas de todas las edades, pero es más común en personas mayores de 40. Este problema afecta más a los hombres que a las mujeres y quienes presentan más riesgos son aquellos pacientes con miopía extrema; que presenten desprendimiento en el otro ojo; que tengan una historia familiar, que hayan tenido cirugía de cataratas o hayan sufrido alguna lesión al ojo.
¿Cuáles son los síntomas?
En las personas de mediana edad y personas ancianas puede observarse puntos negros flotantes, comúnmente denominadas “moscas volantes” (miodesopsias) y destellos de luz en su visión, que son menos comunes en niños o personas jóvenes.
En la mayoría de los casos, estos síntomas no indican ningún problema serio, pero si se produce una aparición brusca y repentina de estos puntos negros o de los destellos de luz puede indicar un desgarro de retina con alto riesgo de desprendimiento.
El desarrollo de un desprendimiento de retina ocasionará una borrosidad en la visión del campo visual y creará una pérdida significativa de visión si no se trata de forma oportuna.
Entre los principales síntomas se pueden considerar:
- Un aumento repentino en el tamaño y el número de manchas flotantes, lo que indica que un desgarramiento de la retina puede estar ocurriendo;
- Una repentina aparición de centelleos, indicando una posible primera etapa de desgarramiento o desprendimiento de la retina;
- Una sombra en la periferia (lado) del campo de visión;
- Una cortina gris en movimiento en medio del campo de visión;
- Una disminución repentina de la visión.
¿Cuáles son las causas?
Entre las causas de esta enfermedad se considera que el material transparente que llena el globo ocular (llamado humor vítreo), está unido a la retina en la parte posterior del ojo. A medida que envejecemos, el vítreo puede cambiar de forma, alejándose de la retina.
Si el vítreo tira de la retina y separa un pedazo de ésta, se produce un desgarramiento de la retina. Si hay un desgarramiento, el humor vítreo puede filtrarse a través de éste, elevando la pared posterior del ojo, haciendo que la retina se desprenda o tire hacia afuera.
El humor vítreo normalmente se reduce a medida que envejecemos. En general, esto no causa daño a la retina. Sin embargo, una inflamación o una miopía pueden hacer que el vítreo se separe, resultando en un desprendimiento de la retina.
¿Cómo se diagnostica?
Para establecer el diagnóstico es necesario un examen ocular el cual deberá de ser practicado por un oftalmólogo que analizará las estructuras internas del ojo y determinará si el desprendimiento de retina está presente.
El examen debe realizarse tan pronto como se presenten los primeros síntomas porque un desprendimiento de retina reciente que reciba un tratamiento mediante cirugía antes que se produzca una situación más severa, previene un daño mayor que puede no tener tratamiento.
Algunos exámenes recomendados son:
- Ultrasonido ocular:Se realiza en un porcentaje de los pacientes y aporta información cuando existe hemorragia u otra opacidad que impida ver la retina.
- Angiografía fluoresceinica: Puede ser necesaria en caso de retinopatía diabética asociadas a desprendimiento de retina.
¿Cuál es el tratamiento?
La mayoría de los desgarramientos de retina deben ser tratados mediante una fijación de la retina a la pared posterior del ojo, por medio de una cirugía con láser o una crioterapia (un tratamiento de congelación). Ambos procedimientos crean una cicatriz que ayuda a fijar la retina en la parte posterior del ojo. Esto evita el paso de fluidos a través del desgarramiento, impidiendo que la retina se desprenda. Estos tratamientos causan muy poca o ninguna molestia y se pueden realizar ambulatoriamente en el consultorio del oftalmólogo.
Cirugía de Exoimplantes
También se le llama cirugía clásica, consiste en la colocación de unos implantes (materiales adheridos a la parte externa del globo ocular) con el fin de producir una expansión de la pared del globo ocular hacia adentro. De esta forma se acerca dicha pared a la retina desprendida facilitando el taponamiento de los desgarros retinianos y la adherencia de ella a la pared del ojo. Normalmente se suele combinar con láser o criopexia.
Cirugía con láser (fotocoagulación)
Durante una cirugía con láser, se utiliza un rayo láser para hacer pequeñas quemaduras alrededor del desgarramiento de la retina. La cicatriz proveniente de éste procedimiento fija la retina al tejido subyacente, ayudando a prevenir un desprendimiento de la misma.
Tratamiento de congelación (criopexia)
Su cirujano utiliza una sonda especial para aplicar un frío intenso y congelar la retina alrededor del desgarramiento. El resultado es una cicatriz que ayuda a asegurar y fijar la retina a la pared del ojo.
Retinopexia neumática
Consiste en adherir la Retina mediante la inyección en el vitreo de una burbuja de gas, que por efecto de flotación empujará la retina para adherirla a su sitio normal. Este tratamiento se asocia a criopexia o fotocoagulación con láser.
Vitrectomía
Es la cirugía de mayor complejidad en el área oftalmológica. Ha sido considerada a lo largo de los años como una opción de tratamiento cada vez más segura y efectiva.
Consiste en extraer el cristalino (el cual posteriormente se reemplazará por un lente intraocular) o colocar un gas especial en la cavidad vitrea que ayuda a adherir la retina. En este procedimiento, se accede a la cavidad vítrea (espacio interior y de mayor dimensión dentro del ojo) para retirar parte o la totalidad del humor vítreo porque está opaco o porque hace tracción sobre la retina. La vitrectomía puede ser realizada en forma conjunta con fotocoagulación endoláser, gases expansibles y el reemplazo del vítreo por aceite de silicona especial.
Cuidados post- operatorios
- De acuerdo a prescripción médica: uso de colirios, antinflamatorios y antibióticos
- Acudir a todos los controles indicados y consultar en caso de molestias
- En caso que se haya utilizado un gas intraocular es indispensable mantener un reposo estricto en una posición determinada para favorecer la acción adherente del gas. El tiempo en esta posición lo determinará su médico tratante.
Recuperación
El período de recuperación es variable, siendo la generalidad de dos a seis semanas, incluso en un pequeño porcentaje de los casos puede extenderse más tiempo dependiendo de la gravedad y del tratamiento realizado.
La recuperación visual será proporcional al daño existente antes de la cirugía.